La endometriosis es una enfermedad crónica en la que un tejido similar al que crece en el interior del útero y que se descama en las menstruaciones (endometrio), se desarrolla fuera de su lugar habitual y provoca una respuesta inflamatoria del organismo. En más del 90% de los casos, lo hace en tejidos de la pelvis, alrededor del útero (ovarios, trompas, intestino, entre otros).
Es una patología que afecta al 10-15% de las mujeres en edad reproductiva y, mientras que unas pacientes se encuentran sin síntomas, otras presentan dolor y/o dificultad para conseguir embarazo.
Esta enfermedad se manifiesta de diferentes formas: como quistes de ovario (endometriomas), nódulos fibróticos o cicatriciales (endometriosis profunda), adherencias, implantes en la superficie del peritoneo, que es una delgada membrana que tapiza los órganos en el interior de la pelvis y el abdomen (endometriosis superficial) o implantes en el propio espesor del útero o matriz (adenomiosis).
La endometriosis no tiene cura, aunque disponemos de varias opciones de tratamiento. La terapia debe ser individualizada y depende de diversas circunstancias: edad, cirugías previas, síntomas, deseo gestacional, respuesta a tratamientos previos, …
¿Cuáles son las causas?
Las causas que dan lugar a la endometriosis se desconocen. Existen varias teorías que pretenden explicar cómo se produce: salida de tejido de endometriosis a través de las trompas durante las reglas (menstruación retrógrada), desarrollo de enfermedad en otras zonas (metaplasia) o extensión de la misma a través de vasos sanguíneos o linfáticos.
¿Cuáles son los síntomas y los signos?
Algunas mujeres con endometriosis no tienen síntomas. De todas formas, la intensidad de los síntomas no necesariamente se relaciona con la gravedad y extensión de la enfermedad. El síntoma más común es la presencia de dolor pélvico, sobre todo durante las reglas, aunque existen otras patologías que también producen dolor en la pelvis (infecciones, enfermedades digestivas y urinarias, entre otras).
El dolor de la pelvis puede extenderse o irradiarse hacia la región lumbar, el periné o alrededor del ano o, incluso, hacia las piernas. El dolor puede producirse:
- Antes o durante las menstruaciones (dismenorrea).
- Entre menstruaciones, con empeoramiento durante las mismas.
- Durante o tras las relaciones sexuales (dispareunia).
- Con las deposiciones (disquecia) o al orinar (disuria).
Por otro lado, la endometriosis puede dificultar que la mujer se quede embarazada debido al daño producido sobre útero, ovarios y trompas.
Tampoco debemos olvidar que muchas mujeres con endometriosis se han quedado embarazadas sin problemas y que existen otras causas distintas que pueden dificultar conseguir una gestación. El embarazo suele mejorar los síntomas de la enfermedad.
¿Cómo se diagnostica?
Los síntomas descritos previamente permiten sospechar la presencia de endometriosis, aunque la confirmación de la misma sólo se pude llevar a cabo en quirófano. Sin embargo, no siempre es necesario llegar a la confirmación diagnóstica para tratar la enfermedad. Hoy en día, las pruebas de imagen suelen ser suficientes para comenzar el tratamiento ante una alta sospecha de la enfermedad.
La historia clínica junto con una adecuada exploración ginecológica, nos orientan hacia la realización de pruebas complementarias como la ecografía de alta resolución o resonancia magnética, entre otras. De esta forma, conseguimos conocer la extensión de la enfermedad y posible afectación de estructuras, para poder abordar la enfermedad individualizando el tratamiento.