La prestigiosa revista científica Plos One ha publicado el estudio Second week methyl-prednisolone pulses improve prognosis in patients with severe coronavirus disease 2019 pneumonia: an observational comparative study using routine care data realizado por el Grupo de estudio COVID compuesto por profesionales sanitarios de la Unidad de Enfermedades Autoinmunes, Medicina Interna, Epidemiología Clínica, Unidad de Enfermedades Infecciosas y Reumatología del Hospital Universitario Cruces, del IIS Biocruces Bizkaia, la Universidad del País Vasco y del CIBERESP.

El objetivo principal de este estudio era analizar el efecto de una tanda corta de 3 días (pulsos) de un glucocorticoide, la metil-prednisolona, administrada a dosis altas, de manera análoga a como se hace en enfermedades pulmonares inflamatorias autoinmunes. Además de esto, se pretendía identificar qué pacientes y en qué momento evolutivo de la enfermedad se podían beneficiar de este tratamiento.

Este estudio observacional ha incluido a 343 pacientes con neumonía por COVID 19 ingresados en los servicios de Medicina Interna y Enfermedades Infecciosas del Hospital durante los meses de marzo y abril de 2020.

Los resultados muestran una disminución de la mortalidad o de la probabilidad combinada de muerte o intubación de más del 60% en los pacientes tratados con pulsos de metil-prednisolona durante la segunda semana tras el inicio de los síntomas. Este efecto se observó únicamente en aquellos con elevación de los parámetros analíticos de inflamación y que presentaban deterioro respiratorio.

El trabajo ha obtenido otros resultados interesantes. La mortalidad global de la serie fue del 7,5%, aumentando hasta el 14% en los pacientes con mayor perfil de gravedad. Ambas cifras están muy por debajo de lo observado en la mayoría de estudios publicados. Por otro lado, sólo el 2% de los pacientes que no presentaban datos analíticos de inflamación fallecieron.

Además, este estudio permite identificar a un subgrupo de pacientes con neumonía por COVID 19 con buen pronóstico, aquellos que durante la primera semana de enfermedad no alteran los parámetros analíticos de inflamación y mantienen una buena función respiratoria. Estos pacientes serían, de hecho, susceptibles de seguimiento domiciliario con vigilancia activa, lo que podría contribuir a aliviar la presión sobre los hospitales.

En conclusión, la administración de pulsos de metil-prednisolona al inicio de la segunda semana en pacientes graves (aquéllos con parámetros inflamatorios elevados y disminución de la saturación de oxígeno) disminuye drásticamente la mortalidad y la necesidad de intubación, y, por tanto, de ingreso en UCI.

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