Una investigación de BioCruces revela que los pacientes sufren arritmias años antes de que empiecen los temblores y la rigidez. El hallazgo de BioCruces partió de una evidencia: el 80% de los afectados eran incapaces de elevar su frecuencia cardiaca. El descubrimiento coincide con el desarrollo de una vacuna capaz de contener el avance de la enfermedad, con buenos resultados en animales y también en voluntarios sanos. Los investigadores Juan Carlos Gómez y Beatriz Tijero sostienen que no podemos quedarnos con los parámetros tradicionales para el diagnóstico del párkinson, porque en ese momento habremos perdido la mitad de las neuronas, y tenemos que controlar los síntomas antes que comience el daño cerebral.
El párkinson comienza en el corazón, no en el cerebro
