La Dra. Ana Maholela, especialista en Medicina Interna en el Hospital Central de Maputo (Mozambique), ha estado tres meses en el Hospital Universitario Cruces (de mayo a julio) realizando una estancia formativa en la Unidad de Enfermedades Autoinmunes. Con el apoyo del equipo liderado por el Dr. Guillermo Ruiz Irastorza, la Dra. Maholela ha podido conocer otra realidad asistencial, y nuestros clínicos enriquecerse también con su experiencia para afrontar retos con recursos muy limitados.

La estancia ha sido posible gracias a que la Dra. Maholela ha conseguido una de las Becas MAEC-AECID 2021-2022 que la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) concede a profesionales africanos para realizar estancias formativas en Instituciones Españolas. La AECID ha puesto en marcha desde 2015 un Programa de Apoyo a la Formación de Médicos Especialistas, en varios de sus países socios: Bolivia, Mauritania, Níger, Mali, Etiopía y Mozambique, y en breve comenzarán en Paraguay. El objetivo es apoyar el proceso de formación en sus respectivos países, tanto a nivel de médicos residentes como de los ya especialistas, poniendo en contacto a las y los profesionales de estos países con los de nuestro sistema nacional de salud.

(Imagen: Ana Maholela, Mónica Ferreiro, Juan Carlos Rumbero y Guillermo Ruiz Irastorza)

El Dr. Juan Carlos Rumbero, cirujano torácico del HU Cruces, que desde hace tiempo participa en proyectos de cooperación, y que en la actualidad colabora activamente con la AECID, ha tenido un importante papel para que la Dra. Maholela pudiese venir.  Nos explica que, en el marco del Programa de AECID de apoyo a la Formación Médica Especializada “se están realizando visitas formativas de  los profesionales del Sistema de Salud español a los respectivos países, y también, estancias por su parte en nuestros hospitales para completar algunas competencias, como es el caso de la Dra. Ana Maholela, que ha estado tres meses en la Unidad de Enfermedades Autoinmunes de nuestro hospital, experiencia que le servirá para mejorar su práctica clínica en el manejo de estas enfermedades en su hospital en Mozambique.

Para ello, ha recibido una beca de estudios de la AECID que ofrece para este tipo de estancias formativas, que además de la ayuda económica, también ha sido importante para la concesión del visado y del permiso correspondiente por parte del Ministerio de Sanidad de España. Para la concesión de esta beca, y la aprobación del Ministerio es condición imprescindible su aceptación previa por parte del HU Cruces, y gracias al inestimable apoyo, desde el primer momento, del responsable de la Unidad de Enfermedades Autoinmunes , Dr. Ruiz Irastorza, y de la Dirección del propio Hospital, de Docencia Médica  y Formación Continuada,  ha sido posible que este proyecto saliese adelante.

Este modelo de cooperación de intercambio de experiencias y conocimientos, entre profesionales e instituciones afines, está siendo realmente enriquecedor para todas las partes, y considero, que hoy en día, es el paradigma que debemos de establecer. Cada uno desde sus realidades aporta enseñanzas y conocimientos.

Por otro lado, quisiera destacar la cálida sensibilidad que tanto los profesionales del Hospital de Cruces, como la propia Dirección, han venido mostrando por este tipo de iniciativas”.

Para conocer más en profundidad las sensaciones que la estancia ha generado en las dos partes, la Dra. Maholela y el Dr. Guillermo Ruiz Irastorza responden a nuestras preguntas:

– OSI EEC.: ¿Qué aspectos destacaría de su experiencia en nuestro hospital?

– AM: Primero, agradecer esta oportunidad que se me ha ofrecido, especialmente a al Dr. Ruiz Irastorza y su equipo, y también a la Dirección del Hospital y a Formación Continuada y Docencias Médica. Y por supuesto, a la cooperación española, que gracias al programa que tiene de apoyo a la formación de médicos especialistas, me concedió una beca de estudios, y al Dr. Rumbero, quien me facilitó el contacto y los trámites con el Hospital. Sé que no es fácil que alguien de mi entorno pueda venir, pero ellos desde el primer momento han sido muy receptivos y han hecho un gran esfuerzo para que este sueño se hiciese realidad.

Soy consciente de que no es habitual que una médica como yo venga a hacer este tipo de experiencias formativas. De hecho, creo que he sido la primera médica mozambiqueña en pasar por Cruces, y esto me ha dado una cierta aprensión y mucha ansiedad. Sumado a las dificultades burocráticas por las que he pasado, me hicieron llegar el primer día llena de miedo y en estado de alerta total, que pronto se disolvió tan pronto conocí al equipo de autoinmunes del hospital que me recibió. Personas cordiales, amables, simpáticas y con voluntad de compartir sus conocimientos, y su cariño.

Esta experiencia ha sido muy gratificante y he aprendido muchísimo. Las diferencias, no solamente culturales, en cuestiones de abordaje de los pacientes son notorias. Vivir en una realidad de carencias nos enseña a adaptarnos y a trabajar con lo que hay. Los primeros días me sentía un poco menos internista, por no conocer todavía fármacos y pruebas que leía en los libros y artículos, pero que todavía no había tenido la oportunidad de manejar. Pero fui tan bien recibida y apoyada que rápidamente me he sentido como parte del equipo, sin notar diferencias entre ellos y yo. Aprender a explorar la medicina en su plenitud, pero con mucho diálogo, con cariño y bastante paciencia del staff, no solamente conmigo, sino también con los pacientes, ha sido maravilloso. Ciertamente otra perspectiva, otra realidad.

OSI EEC.: Sin duda, ahora afronta el reto de mejorar el diagnóstico y el tratamiento a las personas de su entorno.

– AM: Un desafío grande seria adaptar estos conocimientos a mi realidad. A pesar de la escasa experiencia de nuestro equipo y de trabajar sin medios, en la Unidad han sido capaces de apoyarme en la realización de un pequeño protocolo para adaptar su realidad a la mía y que pienso poner en marcha cuando vuelva a mi hospital

Salgo de Cruces con mucho aprendizaje en la espalda y me siento con más confianza, más preparada para diagnosticar y abordar las enfermedades autoinmunes. Por ser un área poco explorada en mi país yo estaba con mucho miedo, y ellos me han enseñado su belleza de una manera simple y práctica. Sin duda, una de las experiencias más enriquecedoras y preciosas de mi práctica clínica.

Me voy realmente agradecida por todo lo recibido y comprometida con un adecuado manejo de las enfermedades autoinmunes en mi país, y no solo por la atracción que me despierta desde el punto de vista científico. Mozambique tiene alrededor de 30 millones de habitantes, tan solo cuenta con una médica formada en estas enfermedades y la población que puede beneficiarse es numerosa, aunque no tenemos todavía datos serios.

 – OSI EEC.: ¿Cómo ha sido la experiencia?

– GRI.: Es la primera vez que acogemos a una médica de un país tan lejano y tan diferente como Mozambique. Con anterioridad hemos tenido rotantes extranjeros de Portugal, Italia y Latinoamérica, concretamente Brasil, Uruguay y Argentina. De hecho, todos los años hay un residente becado por la Sociedad Argentina de Reumatología que pasa tres meses con nosotros. Con las peculiaridades y las diferencias de cada uno de los países, todos se parecen más a España que Mozambique. Sin embargo, el encaje de Ana ha sido inmediato y nos ha permitido descubrir que nuestra visión del mundo tan europeocentrista es, por supuesto, un error. Hemos conocido que Mozambique tiene una red de centros de atención primaria y hospitales públicos, con mayores limitaciones que nuestro sistema sanitario pero que es capaz de atender dentro de sus posibilidades a la población de su país de forma universal. Evidentemente, la disponibilidad tecnológica y de medicamentos es mucho menor, pero esto se ve suplido en parte por la dedicación y preparación de su personal sanitario. Hay que destacar que, precisamente por la sobreutilización de métodos diagnóstico, las habilidades clínicas se están perdiendo en nuestro entorno ya desde el comienzo de la residencia. Es bueno que nos lo recuerden.

– OSI EEC.: ¿También es un enriquecimiento para una consulta tan especializada?

– GRI.: En cuanto a nuestro campo específico de las enfermedades autoinmunes, Ana nos ofreció una fantástica sesión enseñándonos el tipo de pacientes que ven en su país, las herramientas diagnósticas y tratamiento de los que disponen y cómo ella planea adaptar lo que se lleva de nuestra unidad a su práctica clínica en Mozambique.

En definitiva, creo que hemos enseñado, pero también hemos aprendido mucho de una realidad de la que sabíamos muy poco, y de una forma de ver la vida mucho más basada en las relaciones humanas, en el buen aprovechamiento de los recursos disponibles y en un enorme sentido del humor, nos hemos reído muchísimo. Ha sido una experiencia inmejorable y muy enriquecedora para todos los miembros de la unidad.

– OSI EEC.: A ambos: ¿Continuaréis manteniendo esta relación en el futuro?

– AM: El equipo de autoinmunes ahora oirá muchas veces de mi. Ellos me dejaron la puerta abierta y la voluntad de poder compartir dudas de mis pacientes y discutir casos interesantes que tengamos nosotros. Y esta disponibilidad y entrega es de saludar y agradecer. Sé que es un gran desafío el que tengo por delante, pero también sé que no estoy sola, que cuento con el equipo de autoinmunes del HUC y eso me da gran confianza para seguir adelante.

La ventaja de la tecnología actualmente es poder estar cerca incluso estando tan lejos, así que quedaremos en contacto, porque además de un tutor descubrí también un amigo. Y dos amigos no nos apartamos.

Espero poder volver a Cruces en otra ocasión y poder recibirlos también en Mozambique.

GRI: Por supuesto que hay que mantener esta puerta abierta. Una de las (pocas) ventajas del desastre del COVID ha sido la normalización de las relaciones virtuales, lo que en este caso nos va a ayudar mucho a mantenernos conectados. Tenemos la intención de establecer algún tipo de programa de sesiones mediante plataformas online y estamos a disposición de Ana y su equipo para comentar cualquier caso complejo en el que podamos echar una mano. Pero como preferimos el contacto directo, esperamos a Ana de nuevo en unos años para que nos enseñe, en vivo, lo que ha sido capaz de organizar en el Hospital Central de Maputo en el campo de las enfermedades autoinmunes. Que seguro que es mucho.

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