A raíz de diferentes noticias que se han ido relatando en los medios de comunicación a lo largo de los años y en estos últimos meses, se ha estado hablando de la violencia vicaria. Este nombre y la forma de ejercerla no son muy conocidos a pesar de ser una de las violencias habituales y esto es debido a que pocas veces se denuncia. La finalidad de este artículo es hacerla más visible, que la conozcamos un poco más para que podamos identificarla, ya que “solo existe aquello que se nombra”.

El término Violencia Vicaria lo acuñó la psicóloga clínica Sonia Vaccaro hace casi 10 años, analizando un tipo de violencia que solía producirse con más intensidad en la separación. El concepto “vicario” hace referencia a la sustitución de una persona por otra en el ejercicio de una función: cuando se aplica a la violencia, representa realizar una agresión sobre una persona en sustitución de otra, la cual es el principal objetivo.

Se trata de una violencia instrumental que consiste en utilizar a los hijos e hijas para hacer daño a la madre, pareja o expareja. “Se trata de deshumanizar a los y las menores, quitarles la categoría de personas y ponerles la categoría de objeto, de instrumento con el fin de dañar a la madre, una violencia que causa un dolor extremo”.

Es decir, utilizar a los hijos e hijas para infligir dolor y control hacia la madre es una de las formas más extremas y brutales que adopta la violencia de género. ES LA CULMINACIÓN DE UN PROCESO DE CONTROL Y MALTRATO QUE SUFREN MUCHAS MUJERES.

El padre que usa a sus hijas e hijos como instrumento para hacer daño, sabe que el dolor que va a causar a la madre es mucho mayor que si la dañara a ella directamente. Es un dolor que a ella le va a hacer sentir “culpa” por no haber protegido a sus criaturas, sobre todo en el caso de los asesinatos, que es el más extremo de la violencia vicaria.

“EL DOLOR QUE INFLINGE ES EXTREMO PORQUE DURARA TODA LA VIDA”. Para Vaccaro, por ahora lo único que se toma en cuenta en la violencia vicaria es cuando se produce el asesinato de menores, pero ésta es sólo la punta de un gran iceberg. La violencia vicaria es una escalada en un largo proceso de violencia de género, que puede incluir la violencia física, económica y siempre la psicológica o de control. Porque control es la palabra clave. La violencia vicaria se produce en momentos de separación, cuando el maltratador ve que pierde el control y el poder sobre su pareja y «cuando esto ocurre, lo pierde todo y puede llegar hasta el castigo extremo, que es el asesinato de los hijos e hijas». Lo hacen con su pareja porque creen que tienen el poder de hacerlo. Es la cultura en la que nos hemos educado, en la que si tu mujer no hace lo que quieres, la puedes castigar. Porque el maltrato es un castigo, una violencia correctiva para que la mujer se entere de dónde está su sitio.

Nuestro país tiene numerosos ejemplos de esta violencia, muchos de los cuales acabaron en el asesinato de los menores por parte de sus padres. Uno de los casos más emblemáticos fue el de José Bretón año 2011. Amenazó a su expareja, Ruth Ortiz, con un «te daré en lo que más te duele«; poco después asesinó a sus criaturas y quemó sus cuerpos. Ruth y José, de 6 y 2 años, fueron asesinados por su padre en Córdoba, el cual fue condenado en 2013. Este hecho supuso un antes y un después en la conciencia sobre el uso de los hijos e hijas como forma de ejercer violencia de género. Sin embargo, no fue hasta el año 2015 cuando pasaron a considerarse a menores también como víctimas directas de la violencia de género, ya que así podían garantizarse los accesos a los servicios asociados a esta cuestión.

También Ángela González Carreño había denunciado las amenazas de su expareja hacia su hija e interpuso más de cincuenta denuncias para impedir las visitas no vigiladas entre padre e hija. En una de ellas, él la asesinó. En Castellón un hombre mató a sus dos hijas. La madre, Itziar Prats, había pedido medidas cautelares que nunca llegaron. El caso más reciente es el de Anna y Olivia, las menores de Tenerife que desaparecieron junto a su padre el 27 de abril del 2021. Es una lacra de nuestro tiempo.

Equipo Género y Salud

Bibliografía

• Cordero, G & López, C. & Guerrero, A. I. (2017). Otra forma de violencia de género: La instrumentalización. «¡Dónde más te duele!». Documentos de Trabajo Social (59), 170-189.
• Vaccaro, S. (2015). Violencia vicaria: Los hijos y las hijas víctimas de la violencia contra sus madres. Tribuna Feminista. Recuperado de: https://tribunafeminista.elplural.com/2016/03/violencia-vicaria-las-hijas-y-los-hijos-victimas-de-la-violencia-contra-sus-madres/boqiubf3òu4bwd

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